La sangre te hace pariente, pero la lealtad te hace familia

Establecer vínculos de sangre con otras personas  es una necesidad básica de cualquier ser humano la cual se nos inculca desde el nacimiento






Al introducirnos dentro de las dinámicas familiares y sociales. Nuestros primeros lazos se forjan con quienes conforman el grupo familiar y es debido a ello, que consideramos moralmente correcto. Dedicarnos en cuerpo y alma al cuidado de los lazos de sangre que compartimos con miembros de la familia.
Pese a este pensamiento. En muchas ocasiones es posible encontrar un vínculo inigualable con personas que tu entorno, el cual supera con creces el lazo familiar. La relación que existe entre el grupo de personas con el que te relacionas por vocación, y aquellos con quienes te reúnes por deber.




Esto no significa que debas negar a tu familia, al contrario, se trata de apreciar y recompensar el amor recibido por parte de las personas que te aceptan, comprenden, protegen y que velan por tu bienestar. Sin importar si estos pertenecen al grupo familiar o si son amigos de la infancia o de estudios.
Aunque los lazos de sangre con nuestros seres queridos no pueden borrarse. Es inevitable que ciertas situaciones pueden debilitar nuestro vínculo con los demás, ya que es un nexo que necesita de atención y de retroalimentación.

Recuerda que se trata de un sentimiento que involucra a dos personas, por lo que los sentimientos del otro individuo también puede afectar de forma negativa o positiva el desarrollo de dicho lazo.




La confianza, el entendimiento, el respeto, el aprecio, la independencia, el compañerismo, la complicidad y la amistad. Son tan solo algunas de las características que contribuyen con el fortalecimiento de dicho vínculo afectivo, hasta el punto de llegar a percibir a nuestros amigos como miembros del grupo familiar.
Pese a que moralmente suene inaceptable. A veces es necesario liberarte de aquellos lazos con antiguas amistades y con miembros de nuestra familia si estos no brindan sentimientos positivos a nuestra vida. Al mantener un vínculo unilateral con personas con pensamientos egoístas, de envidia, dispuestos al conflicto y a generar malestar.
Por ello importante recordar que aunque los lazos de sangre te convierte en pariente de alguien. La lealtad y la confianza es lo que te permite establecer un vínculo real con las personas que dejas ser parte de tu grupo familiar, con quienes puedes compartir los momentos tristes y felices de la vida. Apoyarte en los fracasos y amar sin miedo a ser lastimado en el proceso.

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