10 ventajas de ser mamá después de los 40 años o más

¿Y si nos despojamos de las ideas establecidas y les damos rienda suelta a los deseos? Tener un bebé después de los 40, no es una locura y al mismo tiempo, cuenta con un montón de ventajas. No estamos hablando de comparar, ni de promover la maternidad a una edad más tardía, sino que apuntamos a resaltar los beneficios si elegiste este momento en particular.







Hoy en día, un embarazo después de los 40 se convirtió en algo bastante común. El número de partos en mujeres mayores de 40 años se triplicó estos últimos 20 años. En el 15% de los casos, se trata de un primer hijo, pero en general, ese bebé viene a agrandar la familia.

Durante los últimos 40 años la edad para tener el primer hijo se desplazó en relación a la edad de la madre, y es así como vemos que las mujeres tienen su primer hijo aproximadamente a los 30 años, es decir, que es fácil imaginar que una mujer pueda seguir teniendo hijos 10 años después.






Desde ya, estos embarazos tardíos demandan cuidados exhaustivos (como todos los embarazos, en definitiva), además de que las mujeres se cuestionan muchas cosas antes de tomar la decisión.

Muchos mitos y riesgos fueron dejados de lado gracias a los avances de la medicina y a una mayor difusión de los estudios prenatales. Es así como muchas madres pueden hoy en día hacer realidad su sueño, independientemente de la edad que tengan.

Pero además de los cuestionamientos a nivel personal y familiar, estos cambios que se van a producir con la llegada de un bebé tienen un lado positivo y son muchos más de los que podemos pensar.
Si todavía no te decidiste, toma en cuenta las ventajas que supone tener un bebé después de los 40 años.


1) Estamos más maduras.
No tiene sentido darle vueltas a este asunto. Somos más maduras a los 35 que los 20. Esto, obviamente, no impide que amemos a nuestros hijos con la misma intensidad, pero sí es cierto que nos permite enfrentar con mayor desenvoltura los problemas. Incluso, ya estamos a esta altura habituadas a manejar situaciones de la vida y a retroceder si es necesario.






2) Estamos más establecidas económicamente.
Esto es algo que cuentan las mismas mamás que ya pasaron los 40 y que reconocen estar mejor establecidas económicamente que a los 20. Es una realidad, comprar juguetes, ropa, llevar un niño a la escuela o darle un gusto; puede ser caro y se enfrenta mejor si hemos logrado una estabilidad económica unos años antes.

3) Somos más racionales.
Con los años de práctica, estamos mejor preparadas para controlar y manejar las emociones cuando tenemos 40 años, que un poco después de haber salido de la adolescencia. Obviamente, eso no quiere decir que un día la situación nos desborde y tengamos los nervios a flor de piel. Pero en teoría, una mamá mayor de 40 resiste mejor las crisis de los niños, los caprichos y los gritos y utiliza su experiencia para responder de manera tranquila y constructiva.

4) Estamos más afianzadas en nuestra carrera.
Si durante años no tomaste licencia por maternidad y en cambio usaste esos días para afianzarte en tu carrera, tal vez ahora llegó el momento de disfrutar de ambas cosas: un nuevo integrante de la familia y una estabilidad profesional que te permite horarios más flexibles y menor necesidad de probarte cosas a ti misma.

5) Somos más seguras.
Aunque vivamos en pareja o no, tener un bebé a los 40 años o después, es una decisión personal que toda mujer ha pensado en detalle. Hemos evaluado los pros y los contras y sabemos que esto es lo que queremos.
Sabemos que un embarazo afectará muchos aspectos de nuestra vida y estamos preparadas para afrontarlos.
Rara vez la llegada de un bebé sea fruto de una decisión poco analizada. Las inseguridades y las dudas que pueden surgir cuando somos más jóvenes ya no existen.

6) Tomamos en cuenta las experiencias ajenas.
Cuando hemos alcanzado esta edad, sabemos que lo que vivieron otros, puede servirnos. Vivimos nuestra propia vida, pero también aprendemos de los errores o de los aciertos ajenos.
A esta altura, muchas de nuestras amigas ya tienen niños en edad escolar y haber acompañado estos procesos, nos permite manejar mejor los nuestros.

7) Tenemos (casi) todos los sueños cumplidos.
Los hombres, las salidas hasta cualquier hora de la madrugada, los viajes… ¡Todo eso ya está hecho! Ahora, llegó el momento de cumplir con el mayor sueño: tener un bebé. Cada mujer es diferente. Cada una tiene sus propios objetivos y necesidades que satisfacer y muchas consideran que están más dispuestas a ser madres, una vez que lograron concretar sus sueños.

8) Las amigas, al rescate.
A esta edad, somos menos exigentes y utilizamos el criterio y la lógica en nuestro favor, más que las emociones. Y entonces, como nuestras amigas ya pasaron por esto, podemos hacer acopio de ropa, juguetes y todo lo que un bebé necesita, sin complejos.
Una ocasión ideal para ahorrar.

9) Los abuelos están más disponibles.
Un bebé a los 40, implica abuelos que ya están jubilados y que tendrán más tiempo para disfrutar de los nietos, ¿y por qué no? ¡También tendrán más tiempo para dar una mano!

10) ¡Rejuvenece!
No tenemos 20 años, pero tampoco 90. Ser madre a los 40, nos hace conscientes de que estamos en una edad en la que todavía tenemos mucho por hacer y mucho para dar. ¿Quieres ahorrarte el gimnasio? Sube y baja las escaleras 10 veces para cambiar pañales, corre a tu hijo por el jardín, camina en cuatro patas para enseñarle a gatear… es momento de estar en forma y acompañar las demandas de un niño pequeño, ¡que son muchas!

Aceptando un embarazo tardío.
El entorno se sorprende, es lógico, normal y natural. ¿Qué hacer?
Con los hijos mayores: Al principio, no sabrán cómo manejar la noticia. ¡No se lo esperaban! ¿Qué van a pensar los amigos? Y además… ¡Los bebés lloran y hacen ruido!
No te preocupes. Una vez que esté el bebé en casa, lo van a adorar y a mimar.
Con el entorno: “No tiene idea del riesgo que corre”, “Debe haber sido un accidente”. Algunos se inquietan, otros juzgan. Nada fácil para la mamá afrontar algunas reacciones. ¡Sólo concéntrate en tu bienestar y el de tu bebé!

¿Y el papá?
Habla con tu pareja, porque ahí también habrá cambios. Un embarazo tardío pone a prueba las relaciones y evidencia su solidez. Conoces bien a tu pareja, ya sea porque llevan varios años juntos o porque la madurez los ha llevado a conocerse rápidamente.
Hablen de sus proyectos en común. En esta instancia de sus vidas ya las parejas no se detienen en el engranaje de los recién casados que tienen otras preocupaciones, sino que pueden dedicarse de lleno a ser padres a tiempo completo.

¿Tuviste un bebé después de los 40 años? ¿Conoces a alguien que desee un bebé y esté dudando? ¡Comparte este mensaje y cuenta tu experiencia!

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