Uno de los sentimientos que no se puede explicar con palabras pero que todos experimentamos alguna vez: el amor. Es ciego y va acompañado de la locura, como queda representado en “la fábula de los sentimientos”, donde todos juegan a las escondidas y es el último en ser encontrado.
¿Es cierto entonces que el amor es ciego y loco? Puede que nos hayamos enamorado de personas que no debíamos o que hayamos hecho cosas extrañas en su nombre… también es probable que no entendamos por qué sentimos mariposas en el estómago cuando nos hablan de nuestra pareja o de qué forma podemos encontrar la cordura cuando estamos con la persona amada…. ¿Es ciego y loco? ¿Vosotros, qué pensáis?
Primera evidencia: el amor es ciego
No te contaremos la fábula de la isla de los sentimientos porque seguro ya la conoces. Pero si nos gustaría que sepas por qué razón al final de la historia se dice que “el amor es ciego”. La explicación literaria indica que se debe a que mientras jugaban al escondite la locura lastimó en los ojos al amor y lo dejó ciego (y luego decidió siempre acompañarlo, aunque de eso nos ocuparemos después).
Ahora bien, ¿qué quiere decir que el “amor sea ciego”? Cuando nos enamoramos no siempre medimos las consecuencias, no tenemos la capacidad para criticar a quien tenemos al lado (sus defectos por ejemplo) y pensamos que nada malo puede sucedernos.
Si bien la fábula es muy hermosa y sirve para explicar nuestros sentimientos, lo que dice la ciencia al respecto también es interesante. Al enamorarnos se desactivan ciertas zonas del cerebro. Justamente las encargadas del juicio social la evaluación. Eso quiere decir que cuando nos enamoramos apartamos a nuestra capacidad de evaluación de la persona amada.
A la conclusión que han llegado otros estudios es que “el amor nos ciega”. ¿Por qué? Porque la mente elimina los mecanismos de alerta ante el peligro y al mismo tiempo libera una gran sensación de euforia y de bienestar, imposibles de explicar pero si de demostrar. Se dice que “estamos en las nubes” cuando eso no es factible (ni siquiera si vamos en avión).
Por eso se dice popularmente que somos “ciegos” cuando nos enamoramos. Afortunadamente no perdemos la visión aunque sí el buen juicio. Por esta razón, también se indica que el amor está acompañado de la locura… ¡porque no nos damos cuenta de lo que hacemos, pensamos o decimos!
Segunda evidencia: el amor es loco
Estamos seguros de que el amor puede salvar el mundo, que tiene la capacidad de mover montañas o de cambiar una cultura de miles de años… la locura que sentimos al enamorarnos nos aleja de la monotonía, de lo cotidiano, de lo “normal”.
No nos importa viajar horas y horas, esperar bajo la lluvia, ir a un concierto aunque no nos guste el cantante o sentarnos a mirar el fútbol aunque no entendamos nada. El amor es loco porque nos hace sentir invencibles, inmortales y como si nadie nos estuviera mirando.
El sabio es sabio porque ama. El loco es loco porque piensa que puede entender el amor”
Nos reímos de todo en cualquier momento, perdemos la noción del tiempo, nuestros pensamientos se ramifican como un gran árbol y nos cuesta mucho conciliar el sueño. La cursilería del amor se puede ver y escuchar en las canciones, los poemas y las serenatas, en las tragedias de los cuentos y en los enredos de las películas.
No nos importa hablar como niños en plena plaza central, ni hacer cosas extrañas en nombre del amor. Si en el pasado alguien se encargó de inventar el amor sin duda estaba loco, no hay una explicación mayor para ello.
Por ello, la próxima vez que tengas que hablar de amor, no te olvides de la fábula de los sentimientos y recuerda que “es ciego y la locura lo acompaña”.