Aunque todos tenemos nuestras pequeñas manías para dormir, podemos llegar al acuerdo que es algo extraño disfrutar del dormir con una serpiente pitón de más de 4 metros de largo.
Lo primero que uno podría pensar es que estos animales no están domesticados y, que seguramente, mientras dormimos podría atacarnos sin el más mínimo titubeo.
Aunque la gente de la India suele tener una cercana relación con las serpientes, incluso para sus vecinos esta era una conducta bastante peculiar. En esta oportunidad te vamos contar lo que le dijo el veterinario a esta mujer sobre su extraño hábito.
Es hora de dormir, ¿con serpientes?
Un día esta excéntrica mujer se dio cuenta que su adoraba mascota, una serpiente pitón hembra de más de 4 metros de largo, había dejado de comer.
Después de numerosos intentos de hacerla comer, asustada y desesperada con la falta de apetito de su serpiente, como cualquier propietario de mascota, la llevo al veterinario.
Esta mujer temía que su querida compañera podría estar muy enferma. La falta de apetito en estas criaturas es un síntoma bastante peculiar.
Tras examinarla detenidamente el veterinario le hace unas extrañas preguntas: “¿Usted duerme con su serpiente en la noche?, si lo hace ¿Ella se envuelve a su alrededor, se acerca demasiado y se extiende a lo largo de usted?
La mujer totalmente extrañada e impresionada le responde: “Sí, eso es exactamente lo que hace todos los y cada uno de los días. Eso me pone realmente triste, porque siento que me está pidiendo algo realmente importante, y no la puedo ayudar , ni reconfortarla para que se sienta mejor “.
La respuesta del veterinario fue totalmente inesperada para ella, pero seguramente ustedes se la puedan imaginar, éste le dijo: “Señora, lamento informarle que su serpiente no está para nada enferma, se está preparado para comérsela.”
El veterinario le explico que todos esos movimientos, abrazarla y envolverla, son movimientos que las pitones realizan para medir el tamaño de su comida antes de comérsela. Esto lo hacen para poder comer y digerir la comida con mayor facilidad.
La moraleja de la historia es evidente: si parece una mala idea, quizás lo sea, y las serpientes no son las mascotas ideales.
