La piel de las cebollas son ricas en fibra, flavonoides y antioxidantes además de que las cebollas contienen vitamina A, C y E. La piel de las cebollas tiene propiedades anti-cancerígenas, antifúngicas, propiedades antibacterianas y antioxidantes.
Según un estudio realizado la piel de las cebollas puede ser utilizada como un ingrediente dietético debido a la alta cantidad de fibra no soluble que contiene. La fibra insoluble ayuda a mantener los movimientos intestinales regulares, elimina los residuos tóxicos en el colon y mantiene el pH en los intestinos en niveles óptimos, previniendo la formación de células cancerosas.
El consumo de fibra también ayuda a reducir el riesgo de muchas enfermedades como el cáncer de colon, enfermedades cardiovasculares, la obesidad y la diabetes tipo 2.
El estudio realizado también destacó la importancia de los flavonoides que contiene la piel de las cebollas, entre ellos la quercetina.
La quercetina es un flavonoide con numerosas propiedades medicinales que se encuentra en la piel de las cebollas que ayuda a reducir la presión arterial, ayuda a prevenir la obstrucción de las arterias, y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer de colon, obesidad y problemas gastrointestinales.
La piel de las cebollas como buena fuente de antioxidantes que es se puede utilizar tanto para preparar un té como un ingrediente más para cocinar.
Para preparar un té con la piel de las cebollas tan solo tiene que añadir agua hirviendo sobre las pieles y dejar reposar durante 15 minutos antes de colar y tomar.
Puede tomar este té todos los días por la noche antes de acostarse ya que la quercetina también tiene un efecto sedante.
Puede utilizar también la piel de la cebolla para la preparación de sopas y guisos ya que la piel es comestible.
No se debe tomar la piel de cebolla durante el embarazo o durante la lactancia.
Cuando utilice una cebolla recuerde no tirar la piel y aprovechar así al máximo todas las propiedades beneficiosas de la cebolla.