Cada año, se estima que 45 millones de estadounidenses siguen una dieta y gastan $33 mil millones al año en productos para bajar de peso.
Las personas a dieta suelen hacer cuatro o cinco intentos al año para perder la grasa no deseada, sin embargo, el 95% de los aspirantes recupera el peso perdido. Esto es el resultado de seguir dietas que prometen resultados rápidos y que traen problemas a largo plazo.
Un mejor entendimiento de tu cuerpo y peso, junto con un plan de dieta adecuado y ejercicio, te puede dar el cuerpo que mereces. Aunque millones de estadounidenses están a dieta y sin embargo casi dos tercios tienen sobrepeso o son obesos, hay cosas poco conocidas acerca de la pérdida de peso que pueden ayudar a frenar estos índices ¡Perder peso puede llegar a ser muy fácil!
1. PUEDES CAMBIAR TU METABOLISMO
No estás atrapado en el metabolismo con el que naciste, para bien o para mal. El metabolismo está vinculado al peso, pero un metabolismo lento no es la causa del exceso de ganancia de peso.
Tu ingesta de alimentos y bebidas, junto con la actividad física determina tu peso.
Sin embargo, puedes aumentar tu metabolismo para quemar más calorías. Un estudio de 2014 publicado en el Journal of Strenght and Consitioning Research descubrió que el entrenamiento de fuerza quema más o menos el doble de calorías por minuto y puede incluso revertir en un 50% un metabolismo lento asociado a la edad. Tus funciones metabólicas se basan en lo que comes y cómo te ejercitas.
2. PUEDES SER GORDO Y ESTAR EN FORMA
Un error muy popular cuando se trata de la salud es que el tamaño sí importa. La suposición de que cuanto más delgado seas, más saludable estarás, ha sido refutada por un sinnúmero de investigaciones que sugieren lo contrario.
Un estudio de 2008, publicado en la revista Archives of Internal Medicine descubrió que de 5.440 adultos estadounidenses encuestados, un 51% con sobrepeso y un 32% obesos, tenían niveles normales de colesterol, azúcar en la sangre y presión arterial, entre muchos otros indicadores de salud. Mientras que, el 24% de los adultos delgados eran “metabólicamente anormales”, lo que significa que tenían un mayor riesgo de sufrir enfermedades al corazón en comparación a sus homólogos más corpulentos. Esto demuestra que algunas personas obesas son metabólicamente sanas cuando se trata de riesgo cardiovascular.
3. PERDER PESO DE FORMA RÁPIDA Y TEMPRANA TE AYUDARÁ A NO RECUPERARLO
Lento y constante se gana la carrera, por lo general, con excepción de la pérdida de peso. La elección de perder peso rápidamente puede ayudarte si tienes metas a largo plazo.
Un estudio de 2010 publicado en el International Journal of Behavioral Medicine encontró que las mujeres que perdieron peso a un ritmo más rápido -más de 1,5 libras a la semana (cerca de 1 kilo)- siguen perdiendo más peso y mantienen una mayor pérdida en comparación con las mujeres que lo hicieron a un ritmo más lento -la mitad de una libra a la semana o menos (menos de 500gm). Las mujeres que perdieron peso más rápido mantienen mejores registros de alimentos y consumieron menos calorías que las otras mujeres.
Además, la pérdida de peso a un ritmo más rápido puede ser más motivante cuando se trata de modificar hábitos de alimentación y ejercicio.
4. HACER MÁS EJERCICIO NO SIGNIFICA NECESARIAMENTE QUE PERDERÁS MÁS PESO
El ejercicio es vital en la fórmula para la pérdida de peso, pero ¿hay un número mágico? Hacer ejercicio diariamente durante sólo 30 minutos en lugar de una hora puede ser suficiente cuando se trata de perder peso.
Un estudio de 2012 publicado en el American Journal of Physiology descubrió que hombres sedentarios que ejercitaban a diario durante 30 minutos perdieron más peso (7 libras o 3 kilos) durante un período de 13 semanas que aquellos que ejercitaban a la misma intensidad durante una hora (perdieron 5 libras o 2 kilos).
Los investigadores concluyen que las sesiones de ejercicio más breves llevaron a los hombres a quemar calorías sin la necesidad de ingerirlas de vuelta.
5. DORMIR MÁS PARA PESAR MENOS
La duración del sueño puede afectar directamente tu masa corporal. Un estudio de 2014 publicado en el Journal of Nutrition & Diabetes descubrió que personas a dieta que durmieron 8 horas y media por la noche perdieron el 56% más de grasa corporal en comparación a cuando siguieron la misma dieta pero dormían sólo 5 horas y media.
Los efectos de la privación del sueño influyen en las hormonas que regulan el apetito: la leptina y la grelina, lo que significa que tendrás más hambre y serás más propenso a seguir una dieta poco equilibrada. La investigación sugiere que el comer y los rasgos de comportamiento y de sueño pueden actuar en conjunto para influir en el resultado de los programas de pérdida de peso.
6. LA ESCRITURA TE PUEDE LLEVAR A PERDER KILOS
Suelta las pesas y toma lápiz y papel. Los ejercicios de escritura pueden conducir a la pérdida de peso, menor índice de masa corporal (IMC), y una cintura más pequeña, según un estudio de 2012 publicado en la revista Psychological Science.
Escribir una lista de valores, tales como las relaciones, la política y la religión y luego escribir sobre el más importante, ayudó a los participantes a perder peso y estar más en control de sus hábitos. Enfoca tu atención en lo que es importante para ti, al parecer, puede ayudarte a mantener tus metas en orden.
7. COMER CHOCOLATE PUEDE ACHICAR TU CINTURA.
Satisfacer un antojo con un trozo de chocolate para bajar de peso parece contrario a la intuición, pero tentador. Un estudio de 2011 publicado en el Journal of Nutrition encontró antioxidantes en el cacao que ayudaron a ratones diabéticos obesos a vivir más tiempo y reducir la degeneración de las arterias, además de disminuir los depósitos de grasa. Los flavonoides del cacao conducen a una mejora de la tolerancia a la glucosa, lo que puede ayudar a prevenir la diabetes tipo 2.
Así que, ahí lo tienes. Hay más para perder peso, que comer ensaladas e ir al gimnasio…
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