En algún momento de nuestra vida o en varios llegamos a preguntarnos qué sentido tiene nuestra existencia. Vivimos el día a día tan rápido, que no tenemos tiempo de pararnos a pensar en nosotros mismos, en lo que somos, en la razón de ser de nuestra vida, en nuestro propósito.
Cualquiera de nosotros nos hemos sentido perdidos en determinados momentos, hemos pensado que hemos cometido un error o nos hemos planteado qué estamos haciendo con nuestra vida. Esa sensación de vacío, no tiene por qué ser algo negativo, sino que puede ser un punto de inflexión que nos haga reflexionar sobre aquello que queremos realmente y cómo lograrlo.
“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos.”
¿Qué es el sentido de mi vida?
El sentido de la vida es tema muy debatido en muchos ámbitos a lo largo de la historia. Filósofos, escritores, científicos, teólogos, han tratado de dar una respuesta a esa gran pregunta, pero en realidad no es posible encontrar una respuesta universal, sino quese trata de buscar en nuestro interior y hacernos preguntas para averiguar cuál es el propósito de nuestra existencia.
El psiquiatra y escritor Viktor Frankl, fue internado durante la II Guerra Mundial en el campo de concentración de Auschwitz y esa experiencia tan traumática junto a su formación, le ayudaron a realizar una profunda reflexión sobre el sentido de la vida que plasmaría en diversos libros, entre los que destaca el titulado “El hombre en busca de sentido”.
El Doctor Frankl, sostenía que la vida tiene sentido en cualquier circunstancia, porque en situaciones de sufrimiento y de adversidad si una persona es capaz de dar sentido a la adversidad, puede convertir su tragedia en un logro, en una forma de superación.
“El amor a uno mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia.”
Soy yo quien le da sentido a mi vida
Uno de los aspectos fundamentales en cuanto al sentido de nuestra vida, es que no debemos buscar ese sentido fuera de nosotros, en otras personas, en circunstancias que están fuera de nuestro alcance, sino solo dentro de nosotros mismos.
Cuando conocemos a otra persona, lo primero que solemos preguntar es ¿Qué haces? o ¿A qué te dedicas?, en lugar de preguntar ¿Quién eres? De esa forma estamos identificando a la persona con su actividad, sin averiguar quién es realmente esa persona. Eso mismo nos ocurre con nosotros mismos, lo correcto no es preguntarse ¿Qué hago? sino ¿Quién soy?
Por lo tanto, conocernos a nosotros mismos y sobre todo valorarnos es la base para conocer el sentido de nuestra vida. Resulta esencial reservar un momento para pararnos en medio de la vorágine cotidiana y reflexionar sobre nuestras habilidades, nuestras virtudes, nuestros defectos. Esto nos ayudará a saber quiénes somos y quiénes queremos ser.
Cada uno de nosotros escribimos nuestra propia historia, decidimos cómo sentirnos frente a determinadas situaciones y configuramos día a día nuestra existencia. Pero quizás el secreto sea pararse y hacerse preguntas que nos muestren qué es lo más importante para nosotros.
“Considero el ritmo acelerado de la vida actual como un intento de automedicación, aunque inútil, de la frustración existencia. Cuanto más desconoce el hombre el objetivo de su vida más trepidante ritmo le da.”
Preguntas para darle sentido a mi vida
Para darle sentido a nuestra vida, podemos hacernos miles de preguntas porque cada uno de nosotros encierra un universo de respuestas completamente distinto a las que puedan aportar los demás. Pero es ese viaje interior para lograr respuestas es el que nos permitirá alcanzar la paz que necesitamos.
- ¿Qué es lo más importante de mi vida? Para algunas personas serán sus hijos, para otras su profesión, para otras ser libres. Existen millones de respuestas, pero la que nos demos a nosotros mismos es la que hará que descubramos cuál es nuestro propósito en esta vida.
- ¿Si supieses que vas a morir dentro de tres meses qué dejarías de hacer? Esta pregunta nos permite cambiar la perspectiva que tenemos de nuestra realidad y distinguir lo superfluo de lo realmente importante, para poder valorar todas esas cosas y personas que realmente lo merecen.
- ¿Cómo eres realmente, quién eres? Es esencial realizar un análisis profundo de nosotros mismos y ser honestos para poder tener la oportunidad de cambiar aquello que no nos gusta, las formas de actuar que no queremos que nos definan.
Es un acto de valentía el ser conscientes de lo que queremos cambiar de nosotros mismos y comenzar el trabajo de convertirnos en quienes queremos ser.
fuente: La mente es maravillosa