Acabamos de comenzar un nuevo año y, como es tradicional, la mayoría de nosotros hemos hecho un balance de los doce meses que se han quedado atrás. Tenemos una revisión de hábitos personales de los que seguramente han nacido varias intenciones de cambio. Diferentes propósitos que pueden tener que ver con nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra formación, nuestra salud, etc.
Nos juramos que abandonaremos costumbres poco positivas, hábitos que hemos identificado como zancadillas -más o menos pequeñas- que nos alejan de una meta, un sueño o un estado optimo.
Si ya sumamos varias décadas, estas propuestas pueden ir acompañadas por el pesimismo que genera el darnos cuenta de que años anteriores hemos hecho lo mismo y no hemos conseguido algunos de nuestros propósitos.
Sin embargo, no debemos confundir este pesimismo con la idea de que tenemos no tenemos control sobre nuestras vidas. Puede que tengamos la sensación de que nuestro barco va para donde quiere, pero eso no significa que no tengamos influencia sobre su rumbo. Tampoco significa que el pasado sea un buen predictor del futuro, que lo hayamos intentado y no lo hayamos conseguido una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces, etc., no significa que no podamos conseguirlo la siguiente.
Para acercarnos un poquito más al cumplimiento de nuestros sueños, hoy te invito a desprenderte de 5 hábitos que necesitamos dejar atrás para ser la mejor versión de nosotros mismos.
Es preciso correr riesgos, seguir ciertos caminos y abandonar otros. Ninguna persona elige sin miedo.”
Deja de castigarte por aquello que no pudiste cumplir
El tiempo cura pero también puede acabar con la oportunidad de vivir aquello que anhelas, tus sueños y metas. La vida es preciosa porque nos enseña a adaptarnos en cada momento. Sorpresas inesperadas pueden llevarnos a ser mejor personas ya superarnos.
Aceptar que no podemos abarcar todo y que dependemos en parte del universo forma parte de la ley del todo. No somos superhéroes y, aunque seamos dueños de nuestro propio destino, no por ello tenemos que ser demasiado estrictos en nuestros juicios y olvidar que hay muchas circunstancias que nos afectan. Que no podemos controlar todo.
Las personas que queremos, las situaciones impredecibles y aquello sorprendente ocurre por algo. Si no has podido llevar a cabo tu plan de acción concédete el don de la imperfección. Créeme que es una de las mejores virtudes y hábitos de los que podemos disfrutar, ya que nos permite valorar la belleza de la vida.
Deja de esperar constantemente la aprobación de tu entorno
Es cierto que somos seres sociables, lo cual implica el compartir y aprender de nuestro alrededor y de las personas que amamos. Su confianza nos guía por el camino que nos hayamos marcado, pero es cierto que depender constantemente de la misma no nos facilita el ser nosotros mismos.
Tener en cuenta la opinión de los demás para cualquier decisión que tengamos que tomar nos aleja de nuestra voz interior. Así, no tenerla en cuenta nos extingue como seres extraordinarios, sin permitirnos avanzar y dar lo mejor de nosotros mismos. Una mente y personalidad fuerte nos ayuda a desarrollarla, pudiéndola adquirir con sencillos pasos como los que me encantará compartirte en este vídeo:
Confía en ti y escucha lo mucho que tiene que decir tu corazón, el que te conoce a la perfección y sabe qué virtudes puedes potenciar en cada momento. Recuerda que si cometiste errores es natural. Por ello somos humanos, por ser únicos e irrepetibles. Ahí reside la grandeza de nuestras almas, aprender de los errores y continuar confiando.
Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción.”
Quítate las falsas máscaras que te protegen
En esta nueva etapa de tu vida, en el momento que desees empezar valórate, detente y obsérvate tomando como referencia un lado distinto de tu propio prisma. Entiende que, como te comentaba en puntos anteriores, nuestra grandeza reside en ser únicos e irrepetibles, imperfectos y sabios a la vez.
Crea una fortaleza que emane de ti, no que te proteja como de uno de tus hábitos fundamentales. No necesitas nada que te defienda, porque hasta en tus puntos más débiles puedes crecer. Empieza a ser tú mismo.
Deja ir todo aquello poco positivo que tuvo lugar
Descubre y potencia tus virtudes, honrando aquello que consideras defectos. Pero, sin olvidar que estos hacen que seas quién eres. Muchas personas aparecieron en tu vida para valorar lo afortunado que eres por gozar de la compañía de aquellos que forman parte de ti, de tu círculo de confianza.
Además, muchas situaciones poco positivas ocurrieron para que te percatases de que todo, absolutamente todo, hasta lo más negativo, tiene un lado bello: aceptar y valorar el aprendizaje descubierto. Todos esos momentos difíciles, que pueden evocarte emociones incómodas, acéptalos. Tuviste la suerte de aprender de ellos y sobre todo, como muy bien me gusta decirme, de estar viva y plena para disfrutarlos.
No mantengas aquellos pensamientos que hacen que dudes de ti mismo
Como seres humanos extraordinarios que somos tenemos un deber que cumplir, el ser dueños de nuestro propio destino. Esta tarea contempla la sabiduría interior de que “todo depende de nosotros mismos y podemos elegir qué acciones llevar a cabo en nuestro recorrido vital.”
Dudar de tu valía solo te conduce al pesimismo y a la derrota, incluso antes de haber pasado a la acción. Tienes todo lo necesario en ti y gozas de cualidades extraordinarias que solo tu tienes el poder de despertar y emplear para ser tú mismo.
“¡Actúa en vez de suplicar. Sacrifícate sin esperanza de gloria ni recompensa! Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes. Sólo así podrá cumplirse tu peculiar destino.”
fuente: La mente es maravillosa