Pues sí, después de leer este artículo vas a querer congelar todos los limones que compres a lo largo de tu vida, a partir de ahora. Y por qué congelar estos cítricos, estarás pensando… pues sigue leyendo. Pero no olvides que los limones son una de las frutas más poderosas que existen en cuanto a poderes curativos, muy ricos en antioxidantes encargados de pelear contra los radicales libres del cuerpo, que intentarán atacar a tus células infectándolas de cáncer. Usa más limones en tu vida diaria, y verás el incremento en la salud que notarás.
El limón es también muy efectivo para bajar los niveles de colesterol, haciendo que tus arterias queden destaponadas y funcionen correctamente. En cambio, cuando ocurre lo contrario y las arterias sí están taponadas, una desgracia pude pasar… de tal magnitud como la de un infarto al corazón, que puede llegar a ser mortal en la mayoría de los casos.
El limón es tan poderoso como curativo, que se ha podido demostrar como las terapias badas en este cítrico son incluso 10,000 veces más efectivas que la quimioterapia y su radiación innecesaria.
Lo que mucha gente no sabe es que son los limonoides encontrados en la piel, los que en realidad tienen 10 veces más vitaminas y sustancias beneficiosas para la salud, que el propio jugo del interior del limón. Por lo que es muy importante no malgastar la piel del limón, todo lo contrario, guardarla y consumirla como si fuese caviar, oro amarillo.
Para seguir este artículo primero limpia bien tus limones y córtalos a la mitad. Pero recuerda: NO los peles, queremos la piel para poder optar a todos los máximos beneficios para la salud otorgados por los limones. Una vez todo cortado, lo guardarás en una bolsa de congelado y la dejarás en el congelador.
Puedes usar rayadura de limón en cualquier tipo de platos, sean postres o no, incluso acostumbrarte a usarla en preparaciones de cócteles, muy al estilo años 60 época de Mad Men. Los limonoides encontrados especialmente en la piel y su rayadura, atacarán a las bacterias, parasitos y gusanos que puedan habitar en tu cuerpo y fastidiar a tu sistema circulatorio. Son también tan inteligentes como para sólo apuntar sus mísiles ácidos a las células que estén infectadas por cáncer, y no a las demás. Logrando así eliminar lo malo y dejar lo bueno sin alterar el sistema ni dar efectos secundarios como sí hace la quimio.